Graffiti en la Esdip

Este mural fue concebido como una pieza nostálgica y urbana para un espacio creativo de carácter contemporáneo, fusionando dos elementos icónicos de la cultura española: el Seat 600 y la figura juvenil con estética retro. Es un homenaje a una generación que se mueve entre el recuerdo de lo clásico y la actitud del presente.

El protagonista, con gafas anaranjadas y expresión relajada, simboliza una juventud moderna pero conectada con la historia. A su lado, el mítico 600 se convierte en algo más que un coche: es un vehículo emocional que nos transporta a una España en transformación, a los barrios, los veranos, los viajes en familia y las primeras libertades.

La ciudad al fondo se difumina en trazos abstractos y arquitecturas reconocibles, creando una atmósfera de recuerdo colectivo que enmarca la escena sin robarle protagonismo. El tratamiento cromático mezcla tonos cálidos, ocres, sepias y grises con toques de color estratégico (como el rojo del punto en el cielo), aportando equilibrio visual y energía contenida.

Este mural es una postal emocional a gran escala, diseñada para generar conversación, identidad y cercanía. Ideal para cualquier espacio donde se quiera transmitir carácter, cultura visual y un guiño nostálgico sin perder actualidad.

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